martes, 21 de abril de 2015

Videos de Incesto

- Medio kilo de gritos, más tres cuartos de soledad, más inexistencia de regalo alguno, sazonado con unas pizcas de mal rollo concentrado y ¡Videos de Incesto! ya tienes preparada una suculenta navidad de pena.

Esta receta se amplia a cualquier festejo del año. Pero aquí no acaba todo, porque un día el “señor” llegó a las cinco de la mañana al hogar, y montó un lío inmenso, porque no tenía una camisa planchada para llevar al trabajo. Esto acarreó gritos y más gritos, unos por encima de otros, hasta que mis ojos contemplaron el puño de mi padre desplazarse a alta velocidad hacia la cara de mi madre. Nunca borraré esa imagen de mi madre sangrando de rodillas frente al “señor” gritando como un jabalí enfurecido. Esto conllevo al día siguiente a una operación de ataque por mi parte, había decidido matar a mi padre. Fue una decisión tomada a los doce años de edad, quizás desarrollé la faceta más humana demasiado pronto. Después de realizar el plan de ataque, llegaba el momento de la acción y cuando a la madrugada llegó el “leer aqui” me abalancé sobre el con ira y gritando infinidad de veces:



- Te odio, te odio, te odio, te odioooooooo.
Le atravesé su pierna izquierda con una aguja de calcetar, sin duda mi ataque fue certero, pero la bestia no cayó, y me propinó tal paliza, que aún mis cicatrices esbozan un gesto de pánico al recordar ese momento.

Estoy escribiendo desde hace un tiempo una especie de relato corto, novela pequeñita, librito o como queráis denominarlo. La historia tiene tintes autobiográficos en un cincuenta por cien y el otro tanto es inventado. El relato se llama “En el vórtice del destino” (no tiene nada que ver con este blog) (muchos ya pensaran que soy un poquito cansino con estas palabritas, y puede ser cierto, pero me gustan mucho y pueden tener muchos significados). Iré intercalando mi relato corto con otros posts de diferente temática, pero previamente avisaré que se trata de un capítulo o trocito del relato. Espero que os guste, y si no es así, quiero críticas para intentar mejorarlo, o dejar de torcer bolígrafos con mis palabras. Abrazos para todos.

-En el vórtice del destino ( Prólogo)-

La vida transcurre como un cigarrillo, se consume poco a poco mediante bocanadas de humo que producen un intenso placer, pero que al final se mezclan con un sabor seco y desagradable. La vida es, quizás, una ruleta de sucesos guiada por el destino, que al azar elige sucesos positivos o negativos, pero en mi vida, se ha roto el eje de la ruleta, y me encuentro en el vórtice del destino.

sábado, 18 de abril de 2015

Radio vale

Y bueno, después de tres horas y media de prácticas nos ha tocado esperar durante más de media hora al autobús en el arcén de la carretera, mientra nos tocaban el claxon todos los graciosillos que pasaban por el lugar y bajo un sol de justicia.

Acabé hecha un guiñapo ( estaba Radio vale de tanto subir y bajar escaleras al mesocosmos) y además estoy bastante preocupada acerca de los horarios de prácticas, porque si no consigo un cambio milagroso voy a tener que darme de baja en la Escuela por incompatibilidad a la hora de los exámenes... una pena ahora que estoy en último curso. Pero en fin, otro día dedicaré un post al elemento masculino de la Facultad, con permiso de Once ( alumnos, becarios y profesores, pero sólo aquellos que merezca la pena comentar... y digo comentar, no otra cosa, que conste :P )

Adoro la Biología. Cuando digo que una Enlace asignatura de la carrera no me gusta, o que tal otra me parece aburrida, o que la de más allá no me interesa, hablo siempre de modo comparativo, respecto a otras materias que a lo largo de estos tres años hayan podido entusiasmarme más. Pero siempre, todas y cada una de ellas, me han fascinado en mayor o menor medida, incluso las relacionadas menos directamente con mi rama, como las Matemáticas o la Física.

Con eso quiero decir que, aunque en un momento dado pueda decir que odio la Ecología, amo la Biología en todas sus vertientes, por encima del resto de temas. Y eso en mi caso es mucho decir, porque también me apasionan la Literatura, la Política o la Historia, y me parecen de lo más interesantes otras ciencias de las que tengo un conocimiento muy somero, como la Química.
http://radiovale-975.com.ar/

martes, 14 de abril de 2015

Shokugeki no Soma

Para de mentir, de intentar controlar cada emoción. Deja de ocultar la verdad y engañar a tu corazón. Empieza por reconocer qué es lo que eres, tienes que recuperar tu identidad. Para de llorar que dar pena al final es dar lo peor. Deja de pensar que el tiempo traerá la solución. Acaba ya de una vez de poner peros, te repites y, además, quedas fatal. Nadie mejor que tú podrá decidir cambiar. Nadie mejor que tú para encontrar otra realidad. Nadie mejor que tú sabrá cual es la verdad. Nadie mejor que tú para inventar la felicidad. Basta de creer en un dios que jamás ha creído en ti. Deja de esperar otra oportunidad, no va a venir. Empieza por vivir aquí, en el presente, es tu sitio y, además, no está tan mal. Nadie mejor que tú podrá decidir cambiar. Nadie mejor que tú para encontrar otra realidad. Nadie mejor que tú sabrá cuál es la verdad. Nadie mejor que tú para inventar la Shokugeki no Soma.

Pensaba ponerme a divagar al respecto, pero creo que Fangoria lo deja bastante claro enlace?

El año que viene más
Y bueno, que digo yo si no podría dar marcha atrás como una semana o así para volver a estar en Ibiza...puedo, puedo??? jo, ojalá, así no tendría que pensar que mañana vuelvo a trabajar, y no me quiero agobiar, pero es que es inevitable, volver a sentir el síndrome ese de los domingos por la tarde, ese ratillo en el que ves que el finde se acaba y te queda toda una semana para volver a estar libre sin tener nada que hacer.


De Ibiza, pues qué puedo contar, que me lo he pasado genial como siempre. Mucha fiesta y mucha playa. Y ya estoy empezando a tachar días en el calendario, ya me queda menos para volver. Este año he tenido una sensación extrañísima. Sabía que me iba a encontrar con mucha gente conocida, pero me he encontrado también con gente que no esperaba, y de repente tenía la sensación como si no hubiera pasado un año desde la última vez que estuve allí, era como una continuación del año pasado, por que la mayoría de la gente con la que estuve el año pasado estaba también este, y cuando salía por el puerto veía un montón de caras conocidas. La misma gente, sentados todos en las mismas terrazas. Una percepción del tiempo un tanto particular, la verdad.

martes, 15 de julio de 2014

Una vez reunidos un buen número de personas



Una vez reunidos un buen número de personas, nos pasaron a la clase: una sala amplia que tenía sillas colocadas en semicírculo a lo largo y ancho de su extensión. Me fui hacia las sillas del fondo. Al llegar a la que preseleccioné, cogí una carpeta que había en ella –Ais, qué mona…-, me autodije (jejeje, como si no hubiese ido a por esa precisamente por el color de la carpeta… Si es que soy lo peor…). Al momento, se me colocó al lado una chica, muy simpática, Vanesa, creo que se llamaba. Entablamos una larga conversación; bueno, la entabló y mantuvo ella, yo “escuchaba”.

Hasta ese día, no me dí cuenta totalmente de que eso de “escuchar” es ventajoso en todas y cada una de sus vertientes semánticas. Tienes a tu lado a alguien que jamás has visto, alguien con quien nunca has hablado, y se toma la molestia de contarte su vida…Todo un detallazo por su parte, y toda una hazaña por la tuya, en el caso de tener un par de orejas que aguanten la parrafada… Es decir, a tu voluntad queda el atender y compartir impresiones si se da el caso (luego no se admiten reclamaciones), o, poner el “YO-AUTOMÁTICO” y trasladarte hasta las profundidades de tu pensamiento. Estudiados pros y contras, escuché 5 minutos y luego apreté el botón de emergencia ----> “la Xiowa a la que llama está apagada o fuera de cobertura…” Aunque mantenía mi postura hacia ella y a mi cabeza asintiendo, pero mi cerebro consciente resolvía conflictos existenciales: “Si se necesitan 8 hombres para realizar una tarea en 6 días…¿Cuántos necesitaremos para realizarla en medio día? Uhm… ” Es que… Después de la mañanita que llevaba, y esta mujé contándome no se qué sin previo aviso, cabida a tregua, y sin siquiera derecho a pedir el comodín del 50% … Era mucho pa mi body en menos de 2 horas, y lo que es peor ¡antes de las 9 de la mañana!

La profe empezó a hablar… ¿El qué? Pues ni idea, porque el “YO-AUTOMÁTICO” seguía activo. Cuando volví a la real-realidad ví que tenía sobre mi carpeta un pequeño rectangulito... Vanesa me dijo que era para poner mi nombre… “Ya empezamos con los jueguecitos raros de los cursos éstos…”, pensé algo inquieta; y es que claro, basándome en mi anterior experiencia… ¡Cualquiera se hacía la valiente! Cogí mi rectangulito y me dispuse a “decorarlo” con mi nombre… Pero antes, preferí acomodarme en la silla. Así que, más chula que un ocho hice ¡zas! Y surgió mi “crucedepiernashipnotizante” (ya me gustaría a mí, ya…) Y ahí que me teletransporté, a los más profundos recuerdos de mis clases de dibujo, en las que la torpeza tomaba forma de persona (osea, la mía) y despejaba esa famosa ecuación, que creía sepultada en el tiempo: “artes plásticas” + Xiowa = error


Despedida de soltera


Éramos un grupo numeroso (yo no conocía ni a la 3 parte), pero raroraroraro. Aficionados a sacar fotos en los lugares más horrendos que nos encontráramos (en un descampado, cerca de matorrales o de una papelera…), a ir divididos en subgrupos y a parar a cada kilómetro. Llegué agotada a nuestro destino, no por la pateada en sí, más bien por tanta parada (y sí, también por las vivencias estresantes que tuve que presenciar) : punto de salida. Caminaba con mi mochila a la espalda. De repente, me da por mirar para atrás y… ¿qué me encontré? Todo el mundo con el culo en el suelo, abriendo sus mochilas, y sacando comida... Con cara de interrogación, me senté con ell@s e intenté asimilar lo que veía: ¿¿acabábamos de llegar y ya había hambre?? Esa noche cené unas 4 veces (porque no era cuestión de estar allí mirando mientras tod@s comían… Compréndeme…) Una vez finalizado “el tentempié”, decidí ir más o menos a mitad del grupo (pa que no me pillara desprevenida otra situación del estilo…). A los 6 minutos, cuál fue mi sorpresa al ver a la gente sentándose en un muro “a descansar”… (¿¡¡Pero qué pasa aquí!!? ¿¡¡Qué Despedida de soltera es Despedida de soltera!!?)

Una cosa por la que merece la pena llamar a la NASA para que investigue, es mi mochila paradójica: sinceramente, ¿tú encuentras normal que cuanto más la vaciara, más me pesara? (Y no, lo de que cada vez me encontrara más cansada, no tiene razón de ser. Porque al día siguiente, cuando ya había descansado, ¡no había quién levantara esa mochila!) Si va a ser que “los diminutos” me gastaron una broma pesada…

Aunque tampoco es para menos lo que llegan a hacer ciertas personas por “Fé”. En este tipo de peregrinaciones es normal ir compartiendo tramo con otra gente. Junto a nuestro grupo, iba otro de 4-5 personas. Mientras bajábamos (ya de noche cerrada) una mujer se cayó haciéndose una herida ENORME en su rodilla; todo el mundo enfocándola con las linternas y la pobre ahí sufriendo (y a mí nublándoseme la vista, gracias a mi ya conocida “fobia a la sangre”). La atendieron, y en vez de pararse a descansar, ella continuó con su rumbo. Una buena kilometrada más abajo, la misma mujer (que iba incluso más rápido que nosotr@s) pisó mal en un bajón y se torció el tobillo de la misma pierna de antes. Lejos de abandonar, siguió con su empeño de “llegar a mi querida Virgencita”. Le perdí la pista. A las horas, cuando ya terminamos de bajar, (y donde ya había luz) la visualicé, a muy buen paso, un par de metros delante de mí: con un torniquete en la rodilla, cojeando e infatigable hacia la basílica. Estas cosas hacen pensar más de lo debido. Acabamos la jornada pasándonos (antes que por ninguna otra parte) por “unrestaurantedecomidarapidafamosoentodoelmundo” a tomarnos un merecido helado.

¿Secuelas? Sí. 2 ampollas en cada una de las plantas de los pies y poquitas agujetas en los gemelos. Lo de las agujetas ya está solucionado, lo otro tardará pelín más (mientras tanto, seguiré caminando “estilo pingüino”).

Dicen por ahí que una vez al año no hace daño… Qué suerte vivir aquí